BERLÃN, ALEMANIA. | 2 de Ene de 2014 - 5:56 PM | Por: Excélsior
Alemania, la primera potencia económica de Europa, decidió ayer poner en manos de la canciller Angela Merkel durante los próximos cuatro años el futuro del país y también el de la Unión Europea, al otorgar el triunfo a la Unión Cristianodemócrata (CDU), el partido que ella preside desde hace 13 años, un resultado que no admite dudas sobre el liderazgo que ejerció en los últimos cuatro años.
Con 41.5 por ciento de los votos, el partido de Merkel, junto a su aliada Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), estuvo a punto de alcanzar una mayoría absoluta en el Parlamento federal, una hazaña que soló logro Konrad Adenauer en 1957.
El impresionante triunfo de Merkel, que echó por tierra todos los pronósticos publicados en el país durante los últimos días, también confirmó una tendencia que puede llevar estabilidad al país y al resto de continente. Los electores le quitaron el apoyo al Partido Liberal, que no logró superar la barrera de 5% para estar representado en el Bundestag, una decisión que obligará a Merkel a buscar una alianza política con el Partido Socialdemócrata (SPD), que ayer obtuvo un pobre 26 por ciento de los votos.
La perspectiva de que Alemania vuelva a ser liderada por un gobierno de gran coalición es bien recibida por casi 60 por ciento de los alemanes y también puede ser bien acogida por los socios comunitarios de Alemania, que tienen esperanzas de que la nueva alianza aplique correcciones positivas a la dura política de ahorro fiscal impuesta por Merkel a sus socios europeos.
El primer líder europeo en enviar un telegrama de felicitación a la canciller fue, curiosamente, su principal rival en Europa, el presidente de Francia, François Hollande, quien no había ocultado sus simpatías por un triunfo del candidato socialdemócrata.
Pero, nobleza obliga: Hollande admitió ayer la supremacía de Merkel, la felicitó por el “éxito†obtenido en las elecciones y le cursó una invitación para visitar París “a la brevedad posibleâ€, una clara indicación de la ansiedad con la que los socios europeos de Alemania esperaban el resultado de los comicios.
Ambos han expresado su voluntad de continuar trabajando incansablemente para acercar Francia y Alemania y proseguir su colaboración estrecha para afrontar los nuevos desafíos de la construcción europeaâ€, señaló el Palacio del Eliseo en un comunicado.
El segundo telegrama de felicitaciones que recibió Merkel en la noche de ayer estaba firmado por Herman von Rompuy, el presidente del Consejo Europeo, quien tuvo el coraje de expresar un deseo compartido por varios países europeos.
“Estoy seguro de que Alemania y su nuevo gobierno mantendrá su compromiso y su contribución a la construcción de una Europa próspera y pacífica al servicio de todos los ciudadanos†escribió.
Angela Merkel, en la hora más feliz de su impresionante carrera política, fue recibida en la moderna sede de su partido con una aclamación. Al grito de “Angie, Angieâ€, el público, que había logrado obtener una invitación para la fiesta electoral, la recibió como a una estrella de Hollywood, pero Merkel no se dejó impresionar por el apoteósico recibimiento y apostó por un breve discurso, reposado y contenido.
“Gracias a todos, es una noche maravillosa y creo que hoy podemos alegrarnosâ€, dijo Merkel. “Es una gran muestra de confianza de los electores que no podemos defraudar, pero es demasiado pronto para decir lo que haremosâ€.
Decepción en la oposición
La alegría que se respiraba ayer en la moderna sede de la CDU en Berlín contrastaba con la decepción que invadió la central del Partido Socialdemócrata, donde sus dirigentes hicieron esfuerzos casi inhumanos para disfrazar la segunda peor derrota que ha encarado el partido en la historia de posguerra del país.
El 26% de los votos obtenido ayer sólo mejora en tres puntos el resultado alcanzado hace cuatro años, un consuelo casi peor que el remedio.
A pesar de la derrota, el SPD tiene en sus manos una eficaz herramienta para opacar el triunfo de Merkel. La CDU necesita de un nuevo socio para formar gobierno y, según los resultados electorales, el único que puede asegurar estabilidad política al país es el SPD.
Las negociaciones podrían iniciarse el martes y, aunque Merkel también tiene en sus manos la posibilidad de buscar una alianza con los Verdes, lo más probable es que termine firmando un pacto con el SPD, para dar vida por tercera vez en el país a un gobierno de gran coalición.
“No obtuvimos los resultados que queríamos para lograr nuestros objetivosâ€, admitió su candidato Peer Steinbrück, quien añadió que le corresponde a la vencedora buscar una mayoría para formar el futuro de gobierno. “No voy a hacer especulaciones. La pelota está en el tejado de la señora Merkel.â€
El resultado de las elecciones también dejó al desnudo un nuevo escenario político en el país. Así como los electores le regalaron un triunfo espectacular a la canciller, castigaron una vez más al Partido Socialdemócrata, expulsaron del parlamento al Partido Liberal Demócrata, también consintieron que dos partidos pequeños, Los Verdes y La Izquierda, volvieran a estar representados en el Bundestag, pero esta vez debilitados y sin una representación que les puede ayudar para influir en las decisiones que pueda adoptar el futuro gobierno, tanto a nivel nacional como internacional.
Los Verdes vivieron un drama electoral que les obligará a replantear una estrategia que les acompañó desde que nacieron como partido hace ya más de 30 años, cuando enarbolaron una bandera de lucha que les hizo famosos: “No a la energía nuclearâ€. Pero Merkel les robó el estandarte después de la tragedia de Fukushima. Los Verdes, sin una idea clara para captar votos con su defensa del medioambiente, cosechó ayer un pobre resultado que lo convierte en la cuarta fuerza en el Bundestag.
“No logramos alcanzar la meta que nos propusimosâ€, admitió Jürgen Trittin, el líder del partido ecologista, al admitir que los resultados no oficiales sólo le daban entre un 8.1 y 8.3% de los votos. “Se trata de una derrotaâ€.
La Izquierda, por su parte, el polémico partido que renació de las cenizas del Partido Comunista de la ex RDA, ha celebrado su resultado electoral, 8.6 por ciento. Con una rara mezcla de triunfalismo y esperanza. Aunque el partido ha perdido un par de puntos con respecto a las últimas elecciones federales de 2009, su máximo líder, Gregor Gysi, tuvo la genial idea de asumir el resultado como un “triunfo grandiosoâ€.
“¿Quién habría pensado en 1990 que este partido sería la tercera fuerza política en Alemania?â€, señaló el carismático líder del partido ante una multitud que le aclamó como si fuera el nuevo mesías de la izquierda alemana. De hecho, la gesta del partido La Izquierda encierra varios mensajes subliminales que podrían, en un futuro no lejano, cambiar radicalmente el mapa político alemán, si el partido decide, como lo hicieron en su momento Los Verdes bajo el liderazgo de Joschka Fischer, abandonar sus tesis más radicales y adaptarse al nuevo mundo político que impera en Europa.
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